En la Niebla
Lentamente recobro la conciencia; hay luz tras mis párpados cerrados y noto que estoy tendida boca abajo sobre algo. Abro lentamente los ojos y la claridad me ciega, provocandome un dolor sordo en la base del cráneo, que se acopla con un dolor agudo que se propaga desde la sien derecha, apoyada contra el suelo. Me incorporo lentamente para escudriñar mis alrededores y descubro que son bastante escasos: estoy de pie sobre un reborde de roca de apenas un metro de ancho, que se extiende unos dos metros hacia los lados. A mis espaldas se eleva una pared de piedra áspera y escarpada que se continúa bajo mis pies y hacia adelante, el abismo y la niebla.
Los viajeros me habian advertido que no me adentrara en la niebla, pero nunca me destaqué por ser obediente, por lo que avancé durante bastante tiempo hasta que lo oí. El siseo de las hojas entre sí y la caida abrupta del agua que se condensaba sobre las ramas fue suficiente para delatar su presencia y echarme a correr. Me hundí mas y mas en la espesura, ahogándome y sin ver mas allá de mis narices. A estas alturas el pelo me colgaba en tiras y se me pegoteaba en la cara, mientras que las ropas se adherían a mi cuerpo y comenzaban a pesar. Fue entonces, cuando creí que ya no podía mas, que caí. Fue una caida sorpresiva y el golpe fue tal que me desmayé en el acto.
Hace ya casi cuatro dias que estoy acá sentada. El hambre me acalambra el estómago y deseria poder beber algo mas que el agua que me chorrea del pelo y la ropa. Las ramas a mi alrededor son demasiado delgadas para pensar en trepar. Intenté comerlas, pero saben horrible y me provocaron unas llagas espantosas en la boca. Lo único que hago desde que me di cuenta que la niebla no cede y que no hay forma de salir, es llorar: lloriqueo constantemente, tarareo entre sollozos y cuando me despierto lo hago con lágrimas en los ojos, pidiendo a gritos a mi mamá.
Un día mas. Me la pasé con arcadas por haberme tragado las pústulas infames que tengo en la boca. ¿Por qué no habré escuchado cuando los viajeron nos explicaban que plantas eran venenosas? Estoy mirando el abismo con seriedad, pero la idea de que no sea lo suficientemente alto y quedar tirada en el fondo a merced de los animales o algo peor me desalienta.Hay una liana que parece una soga, casi podria decir que me está llamando. Suspiro y con un hilo de voz le digo "un dia mas".
La niebla difunde la luz del amanecer y me obliga a entrecerrar los ojos. Me pongo de pie con resignación y tironeo de la soga con fuerza, para asegurarme de que resista. Evidentemente el último tirón es excesivo, la soga se suelta en algún punto allá arriba, mis pies no alcanzan a afirmarse, no encuentro una saliente para sujetarme y caigo. El golpe contra la pared me deja sin aire, me tiemblan los brazos por el esfuerzo y el ayuno prolongado, pero no me pienso soltar. La soga en cambio sí se suelta, llevándome mas y mas abajo con cada sacudón, haciendo que mis manos estén rápidamente en carne viva mientras aullo maldiciones a voz en cuello.El temblor en los brazos se vuelve incontrolable y veo la sangre caer de mis palmas, inhalo profundamente, cierro los ojos y me dejo caer. Un instante después mis pies tocan el suelo y escucho voces en la lontananza.
"...con la misma soga puedo ahorcarme o saltar/para otro lado y algo va a pasar..."
Eso Espero, Catpecu Machu